sábado, 11 de diciembre de 2010

LA REVOLUCIÓN DE LOS MODOSOS


Modoso,sa

1. adj. Recatado ,comedido , que tiene buen comportamiento y educación

2. Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

Tal y como se está viendo el percal, lo único que me queda es la modosidad. Compostura y educación.

Suena extraño definir una actitud como modosa y que se plasme como una virtud y no un chiste de pobres infelices que no saben reafirmar sus derechos. Me enseñaron y aprendí que se debe respeto a los demás en igual medida que a uno mismo.

La contraposición es la que enriquece a la sociedad, aunque parece que sólo es la ciudadanía altiva, gritona, prepotente, despectiva y agresiva la que figura en los papeles. Constituyen, claro está, una voz más poderosa y aguda que llega a más sitios y que figura en más lugares.

Digo revolución como sinónimo de oposición. La oposición de los modosos que creemos que siendo comedidos, recatados en las formas, comportándonos desde el autoconocimiento, la autocrítica y la automotivación nos sentamos con los miedos y los gestionamos para crecer en equipo.

Creo que debemos imponer, desde la modosidad, la necesidad del modoso/a para crear nuevas estructuras sociales, empresariales, culturales y organizacionales.

Ser modoso se considera en el acervo popular como algo despectivo. Es la primera revolución: la del lenguaje. Mañana cuando me presente diré junto con mi nombre algo que también forma parte de mi postura vital: Hola, Buenos Días. Practico la modosidad y ¿ud?

Algunos de los principios de la práctica modosa:

· El modoso es humilde, se mira a su ombligo no para regodearse si no para ver cómo puede mejorar el centro desde el que le parieron para formar parte de un mundo que es su regalo, y que es un regalo para su prójimo (próximo).

· El modoso es educado y no grita para pedir ni para defender sus posturas.

· El modoso cree que su actitud y comportamiento es la fuente de todo beneficio global.

· El modoso se permite y permite a los demás desde el respeto.

· Ser modoso es una responsabilidad y un camino. Una práctica sana para la mente y el cuerpo.

Ojala la modosidad sea un virus tan contagioso como el mal hacer y otros comportamientos tan extendidos y premiados en televisiones, empresas y comunidades.

Como propósito, todos los días practicaré para ser más modosa y que los demás lo vean. Es mi objetivo de año nuevo.

Gracias por su atención

Un abrazo

Coral Igualador

COMPARTIR

Acercándonos ya a la Navidad todos durante al menos quince días parecemos tener más agudizado el sentido de compartir. Llamamos compartir al hacer coparticipes a los demás de algo.
Compartir nuestro tiempo sobre todo y con un poco de suerte algo de cariño. Quizás unas sonrisas, un abrazo, un beso o una mirada… y después volveremos a nuestro caparazón y con suerte hasta dentro de un tiempo no compartamos nada más.
Lejos ya quedaron los tiempos de la infancia en el que la naturalidad y la espontaneidad hacían que por naturaleza estuviéramos abiertos a compartir. Puede ser que también creamos que los buenos momentos de nuestras vidas ya pasaron.
La realidad confirma que si nos paramos unos segundos y respiramos profundamente, todavía, tengamos la edad que tengamos, podemos conectar con eses sentimiento de amor profundo y ver que está intacto, como cuando éramos pequeñitos.
Coincide este año además, que el mundo tal y como lo conocemos (que no el universo), atraviesa un periodo crítico a todos los niveles. Nosotros podemos aportar nuestra pizca de dicha compartiendo a partir de estas fiestas y en adelante, hasta que el cuerpo aguante.
Es fácil en el manual de instrucciones de “compartir”, encontramos que se puede compartir cualquier cosa material, también inmaterial como ya referimos antes (una sonrisa, un beso etc.) y algo que nunca muere el a-mor.
Podemos compartir siempre a partir de dos personas, tres, cuatro, cinco y así en adelante. Es gratuito, no se agota por lo que no tendremos que recargarlo, ni se desgata ni rompe por lo que no necesita garantía. Además cuanto más se usa más fácil es de utilizar la próxima vez.
“Aquí y Ahora” siempre es el momento idóneo ¿te animas a compartir?.


Sergio Navazo
Psicólogo Terapeuta